FRANCISCO EN CHILE | El Papa del fin del mundo

Durante enero de 2018, su Santidad el Papa Francisco visitará nuestro país, motivo para fortalecer y renovar nuestra fe y compromiso con la Iglesia. Como Comunidad Cumbres nos queremos preparar para recibirlo, dando a conocer su vida y mensaje, con diferentes publicaciones semanales, que a continuación les presentamos.

El Papa del fin de mundo

Su historia comenzó cuando sus padres, Mario José Bergoglio y Regina Maria Sivori, se conocieron durante una misa de domingo en el oratorio salesiano de San Antonio en el barrio de Almagro. Tras casarse un 12 de diciembre de 1935, se mudaron al barrio de San José de Flores, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, en donde nace su hijo mayor, Jorge Mario Bergoglio, un 17 de diciembre de 1936. Su padre, un inmigrante italiano oriundo de la región de Piamonte en el norte de Italia, trabajó como contador de una fábrica de medias y su madre, hija de inmigrantes piamonteses y genoveses, pero nacida en la capital argentina, se desempeñó durante toda su vida como ama de casa junto a sus cinco hijos.

Durante su infancia, el Papa Francisco creció en un hogar arraigado a los orígenes italianos y católicos de su familia. Sus padres lo bautizaron el 25 de diciembre de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro. El joven Jorge Mario estudió en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, ubicado en la ciudad de Ramos Mejía de la zona de La Matanza en Buenos Aires. En su tiempo libre, jugaba brisca con su padre, escuchaba ópera con su madre, practicaba baloncesto e iba a alentar al estadio al club de fútbol San Lorenzo.

De acuerdo a su única hermana con vida, María Elena Bergoglio, el Papa Francisco “era un chico normal, como a cualquier chico le gustaba jugar con sus amigos, salir a la calles, jugar a la pelota en una placita cercana con sus amigos, contar chistes y hacer bromas. Era, mejor dicho, es, una persona muy divertida. Eso sí, era muy estudioso. En la escuela no era peleador, era un chico pacífico que se entretenía mucho con la lectura. Era muy apasionado y leí de todo un poco. Cuando fue creciendo tenía un grupo de amigos y en esa época no era muy común ir a bailar, por lo que él se juntaba con sus amigos en las casas. Sus amigos eran todos de la parroquia San José de Flores”. Los domingos eran especiales para toda la familia y sobre todo, para el pequeño Jorge Mario Bergoglio. Maria Elena Bergoglio recuerda que “los días que más disfrutaba eran los domingos porque íbamos todos en familia a la parroquia a misa y luego a almorzar”.

Publicación completa en http://www.regnumchristichile.cl/francisco-en-chile-el-papa-del-fin-del-mundo/